Recuerdo con cierta apatía como una vez leí algo así como "no estás tan lejos de las personas que admiras." Y es que nuestro mayor problema reside en creer que el resto del mundo tiene control sobre sí mismo, que no improvisa, que no recurre al azar, todo debido a que de lo único que tenemos certeza es de lo que vive en nuestro interior. Solo somos certeros a la hora de definir nuestras dudas, nuestros errores (y no sé por qué, en menor medida, nuestros aciertos). Nuestra falta de control ante lo controlable e incontrolable, nos perpetúa en una duda, que poco tiene de metódica, y nos hace caer en cierta parálisis por análisis. Pero si partimos de la premisa de que nunca se está preparado para mejorar, empezaremos a despertar y ver que nunca hay un cuando.
Por lo que actuar, en mayor o menor medida, siempre será un punto positivo en ti. Dejar de buscar el reconocimiento exterior, confiar en el proceso, en tu proceso, en lo que tú crees, desde el respeto y la empatía te hará fuerte. Defender lo que hoy crees (y quizás mañana no) te hará tomar un rumbo, cambiante como el tiempo, pero constante. Todas las personas a las que admiras se hacen las mismas preguntas que tú te haces, solo que arriesgaron un poco más, supieron ser pacientes y actuaron.
"¿En qué sentido aún no has aceptado que eres quien eres y no la persona que crees que deberías ser?"
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