"Quizá la felicidad consista en sincronizar las ilusiones personales del sentido con las ilusiones colectivas dominantes en cada situación. Mientras mi narración personal esté en sintonía con las narraciones de la gente que me rodea, puedo convencerme de que mi vida tiene sentido, y encontrar felicidad en esta convicción."
"Si la felicidad se basa en sentir que la vida tiene un significado, entonces para poder ser más felices necesitamos engañarnos de manera más efectiva."
No hemos inventado nada nuevo, las religiones y los movimientos humanistas existen para responder preguntas que siquiera podemos responder, llenaron un vacío que se nos antojaba infinito. Y es precisamente ese vacío la respuesta a todo. Aceptar cada emoción, sentimiento o vivencia como un todo, un aprendizaje, nos acerca a la plenitud. De tal manera que nadie tiene razón y todos la tienen al mismo tiempo. Un mar de olas que no se pueden controlar, que cuando comenzamos a sentir y aceptar, comenzamos a entender.
Quizá la felicidad no sea una búsqueda, tan solo un camino indeterminado que no hay que analizar y simplemente vivir.
Aceptar todo lo que nos ocurre y llega a nuestro alrededor nos acerca a la paz interior y exterior, a esa plenitud llamada felicidad.
"Nada es verdad, todo está permitido."
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