martes, 31 de marzo de 2020

Caos.


El caos es poético, Pero es privado, cada uno tiene su caos, su dulce introducción al caos. 
Basta ver esta situación, basta ver qué o quién nos mantiene cuerdos. Música, libros, escritura, arte, pintura, luz. Caminamos por el borde de este mundo, detenido, conteniendo el aliento y haciéndonos a todos sospechosos. Buscamos nuestro pequeño refugio, donde aislarnos y huir de tanta oscuridad y comenzamos a pensar, a brillar con luz propia y a crear. Creamos mundos donde volver a abrazar y a besar, lugares donde no existen fronteras, donde no existe mal. Sitios donde lo único que vive es aquello que nos hace felices, aquellos que nos hace latir con más fuerza. De repente despertamos de aquel corto sueño, y ya todo es diferente, hemos vuelto a respirar y sobre todo hemos vuelto a creer, en nosotros, en ti, que más da. Y es que el caos tiene esa justicia poética que tanto nos atrae. Cuando has visto todo a oscuras, cualquier pequeña luz nos reconforta. Cuando nos han quitado todas las ataduras de nuestra vida, nuestra felicidad es más pura. 
Y es que el caos siempre estuvo presente en nuestras vidas, pero nunca nos obligaron a mirarlo a los ojos. Ahora nos hacen convivir con él. Acéptalo, entiende que te hace estar sumido en la oscuridad y crea luz, se luz.



jueves, 19 de marzo de 2020

Volar sin alas.

Día nosecuantos de cuarentena, perdí la cuenta demasiado pronto. Todos estos días previos al confinamiento ya planteé cada uno de los pasos que daría para mantenerme organizado y ser “productivo”, palabra que a cada día que pasa pierde más significado para mí. Porque, ¿qué es ser productivo?
Estos días no he parado de crear, en mi mente, discursos, momentos, frases, pensamientos, abrazos. Mi mente nunca fue tan creativa, nunca estuvo tan viva, nunca me sentí tan vivo por dentro. No paro de inventar formas de consumir toda la energía que desprende mi mente. También he aprovechado para echar el freno, de mano claro. Me he parado a observar mi mundo y el mundo que, por ahora, se me mantiene prohibido.
He visto a mi abuelo sobrevivir una vez más, cansado de decirle a la muerte que aun no era su turno, he visto a mi madre vestirse de heroína y acudir a hacer del mundo un lugar un poquito mejor. He visto a mi padre mantener a la familia en casa, preocuparse y prepararse para lo peor, agobiarnos, pero para protegernos, levantarse cada mañana para hacer de nuestro hogar, un lugar seguro. Por fin he tenido el tiempo suficiente para disfrutar de mi más leal compañero, mi perro, de un atardecer tumbados en el suelo. De nuevo él me regalo su mejor silencio. Es curioso que me diga que la vida puede ser muy perra. Ahora lo puedo ver envejecer a diario, pudiendo disfrutar cada instante a su lado. Me he dedicado a estudiar y a entender como funciona la mente de mi gata, que parece que vive en un mundo totalmente ajeno a este. Me hizo gracia la frase de “si tienes un gato, prepárate para ser ignorado el 98% del tiempo”, amén. También digo que el 2% restante es amor incondicional. Yo siempre, como chico de naturaleza, donde recupero mis ganas de esta frenética vida, vivo en mi patio donde ahora si escucho a los pájaros cantarme, donde el cielo está libre de nosotros y donde parece que todo está bien. Y no solo disfruto de este gran privilegio, yo me estoy pasando el juego con los trucos y tengo el patio de mi abuela a mi total disposición, lugar donde me crie y donde la imaginación no tiene límites, donde solo comparto espacio con un par de gatos, los cuales día a día se están haciendo amigos míos. Dirán por ahí que soy el chico más afortunado de mi barrio, y es verdad.
Fuera de estos muros, hay muchas malas noticias, pero todas vienen con un lazo de esperanza. Veo a diario actos de empatía y solidaridad, de esos actos que te sacan una sonrisa tonta. Ahora ya nadie se olvidará de felicitar el día del padre, esté donde esté. Pero, ya sabéis, sin besos ni abrazos (hacedlo a escondidas). Ahora las terrazas de los pisos se han vuelto mercados populares, donde las personas comparten su día a día con el vecino, ahora ya no somos desconocidos, por primera vez la televisión es secundaria, prima saber antes como esta el vecino del quinto, si necesita algo. Los días están plagados de actos altruistas que destapan la esencia del ser humano. Tiempos en los que la tecnología nos acerca y nos hace conocer a personas que están llenas de magia, que tienen una luz interna que ilumina tus noches, que saca lo mejor de ti y hace que con sus palabras, tu sobrevueles por encima de tus límites. Ahí fuera hay héroes anónimos luchando tu guerra, guerra en la que te encantaría estar en primera línea.
Por primera vez, es tiempo de soñar, de cambiarlo todo, y de volver a empezar, como grupo, colectivo o individualmente. Nos han puesto a prueba y nos han enseñado una vez más, que el tiempo es efímero.
Y ahora mi pregunta es, ¿Cómo pasareis el resto de vuestra vida?
Os doy tiempo para pensar la respuesta, digamos quince días.
Charlie.


lunes, 16 de marzo de 2020

Cuarentena.


El día que el mundo se detuvo y nuestra mente comenzó a caminar. El día que al ser humano se le obligó a conocerse, a sentir la pérdida de la libertad, se le obligó a encoger sus alas. El día en el que el enemigo invisible se cobró su primera víctima. Aquel día nos miramos a los ojos por primera vez, y vimos más allá de lo que queríamos mostrar, vimos miedos, incertidumbre e inseguridades. Vimos que éramos vulnerables, que el mundo nunca fue nuestro y que siempre nos hemos mentido los unos a los otros. Los días se volvieron silencio y las noches oscuridad. No quedó sitio ni para la maldad. Nos habíamos sumergido en lo más profundo de las tinieblas. Y justo ahí, cuando alcanzamos el pico, todo comenzó a disminuir. La empatía lleno el mundo de buenas acciones, las personas comenzaron a prestar su mano y a sacar lo mejor que tenían dentro de si mismos, claro, ahora todo era más fácil, no había ningún cronometro persiguiéndonos, ya no teníamos que contentar a nadie ni alcanzar un cupo de producción. Sin quererlo, el virus que quería acabar con nosotros se volvió nuestra mejor cura. Nos liberó de ideas preconcebidas, de reuniones absurdas. Ni la religión supo explicar mejor lo que era el amor al prójimo. Y es cierto, perdimos mucho, pero ganamos una nueva vida llena de caminos por recorrer. Ahora la humanidad ya si sabía caminar, porque se paró y pensó, pensó que el camino en compañía es más ameno.

Caminante no hay camino, camino se hace al andar...



viernes, 13 de marzo de 2020

Tiempo.


Tiempo,

Solo tú, solo tú eres capaz de borrar el mal del pasado, solo tú eres capaz de enseñar y dar duras lecciones. Solo tú curas, curas el daño propio y ajeno. Nos haces ver quién o quienes vinieron para quedarse. Nos muestras hasta qué punto fueron acertadas nuestras decisiones. Tiempo, solo tú eres capaz de cambiar sin sentido, y tener todo el sentido del mundo. Eres el único del que huimos y al mismo tiempo al que perseguimos. Tiempo eres el mayor analgésico, la mejor medicina, a ti recurrimos como excusa y como pretexto.
Eres y serás el único con muchos significados, intentaremos ponerte en hora pero siempre serás indeterminado, un extraño cualitativo que nunca podremos llegar a contar, porque solo tú conoces cuanto tiempo nos queda.
Empiezo a pensar que lo que nos separa a unos de otros no es la distancia, eres tú. Cada cosa tiene su tiempo, su momento, su dulce situación.

Atentamente, otro chico con reloj de pulsera.




Estrella.


Brilla pequeña estrella, que tu luz tarda años en llegar a la tierra. Brilla tan fuerte como puedas, que alguna pareja se adueñará en un futuro de tu destello. Brilla y dales la oportunidad a los niños de unir líneas entre vuestros destellos y formar las más extravagantes figuras. Por favor nunca te apagues, y dejes huérfana a la luna. Sigue coloreando nuestras noches y  llena nuestros sueños de esperanza. Pequeña estrella no dejes de creer en ti, porque brillas mejor que todas las otras estrellas del universo, haces mi noche día y mi amanecer, nostalgia. Se sol, se fugaz, se lluvia, pero sobre todo; se tú misma.


04/10/2018