viernes, 2 de agosto de 2024

¿Dónde comienza y dónde termina el hombre?

 

¿Dónde comienza y dónde termina el hombre? ¿Cuál es la cantidad idónea de exposición y cuál de retiro?

Mucho he reflexionado acerca de lo necesario que es alejarse de tanto ruido en busca del silencio interno, en busca de cada una de las respuestas encriptadas en mi interior. Definitivamente, veo la deriva social desde una posición elevada, a la cual llegué buscándome a mí mismo y de hecho sigo haciéndolo. "El hombre es un enigma para sí mismo", y cuanta razón lleva. Mi mente trata de establecer patrones claros que se deberían repetir en un futuro utópico no muy lejano, y claramente se equivoca. Nunca estamos preparados para lo que está por venir, y en cierto modo, me gusta. Saber que cada experiencia es un nuevo comienzo, que espera que la viva con la mayor intensidad y claridad posible, como cada primera vez. No puedo negar que, llegados a este punto, me dé cierto recelo volver a sentir algunas de las emociones del pasado, que pese a no ser las mismas, en mí tienden a ser iguales. Es como etiquetar por relación y no por valoración. 

Ante tanto caos mental, no puedo olvidar que las relaciones sociales que vivimos y sentimos tienen un alto porcentaje de frustración actual. Tantos estímulos innecesarios, tantos mensajes que interpretar, tanta distancia, tanta inseguridad. Esa sensación de tenerlo todo y a la vez poder perderlo todo. Tan solo parece que cuando ya forma parte del pasado, sin posibilidad de regreso, es cuando se valora en paz, sin movimiento, tan puro. Y el mejor consejo que me puedo dar es el de no poseer, el de no ser dueño de nada ni nadie, tan solo una corriente a favor que en cualquier momento puede bifurcar, dispuesta a estar cuando el río baje en calma o surque por la zona más brava. Quiero estar presente en cada uno de esos momentos, quiero disfrutar y padecer. Quiero la lealtad del que está consigo mismo y con los demás.


 


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